En esta sociedad resulta más rentable llevar las fábricas a países subdesarrollados porque se minimizan los problemas laborales y aleja las actividades molestas. Esto nos ha llevado al actual sistema económico. Caracterizado por la fragmentación y la deslocalización de la producción y el aumento de intercambios de todo tipo.
Por lo tanto, las empresas ya no limitan el mercado a su país de origen, sino que se plantean competir des de cualquier punto del planeta. Se trata de una globalización económica: toda la economía mundial en un solo sistema económico, dominado por el capitalismo, junto a un aumento de la interdependencia entre todos los sistemas productivos y una progresiva manca de capacidad de decisión de los estados sobre su economía.
En la actualidad no hay ningún país que quede totalmente al margen de este proceso globalizador. La distribución desigual de los recursos naturales a lo largo de la geografía mundial, las diferentes evoluciones económicas de los estados a lo largo de la historia, los intereses de los fabricantes de los distintos tipos de productos y la competencia que se establece entre ellos para aumentar la participación en el mercado hacen que no sea posible un país autosuficiente, capaz de producir por si solo todo lo que sea necesario y que se desenvuelva de manera independiente a la resta del sistema mundial.
Los vínculos creados por esta interdependencia económica están reforzados por la variedad y la eficacia de los medios de transporte y de comunicación de nuestra época. Antes no se podías viajar con tanta rapidez ni transportar mercaderías en tan grandes cantidades. Ni tampoco se podía transmitir información ni mover el dinero de un lado a otro del mundo con la facilidad con la que se hace actualmente. Por eso no resulta exagerado hablar de la globalización de una economía en la que cada país y región está especializado en unas funciones.
No todas las personas ni todos los estados participan de la misma manera en los intercambios económicos: los productores de los países menos desarrollados a menudo tienen que vender sus productos a las bolsas de países más desarrollados sin ejercer ningún tipo de influencia en los precios. Las circunstancias económicas, políticas, geográficas e históricas desiguales también provocan roles desiguales en un mercado global.
Por ejemplo la industria manufacturera de ropa, calzado, juguetes, muebles, productos de plástico, etcétera exigen una abundante mano de obra con poca formación. Por eso se da lugar a la deslocalización a países en vías de desarrollo, dado que allí los salarios son muy bajos, las normativas laborales y medioambientales son escasas, no se tienen en cuenta los derechos de los trabajadores,…
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